RSS twitter.com Facebook Boletín por Correo
Google+

Foro MiMecánicaPopular
Suscríbete al Boletín
Video del día (9)
Búsqueda personalizada

Webs Amigas
El Taller
de Rolando

Todo sobre Hornos Artesanos







Políticas de privacidad



Click para ver más grande Estás leyendo parte de la revista de Abril de 1994
Recomienda este artículo a un amigo Recomienda este artículo a un amigo
¿Se justifica el costo de un automóvil?
¿Se justifica el costo de un automóvil?
Por Giorgio Cerboncini
¿Se acuerda cuando compró ese auto que tiene estacionado delante de su casa? Qué bello lucía hace cinco años, con el color de la carrocería tan brillante que hasta su esposa se podía maquillar mirándose en ella si así lo deseaba. Hoy día, sin embargo, el brillo que le queda no es suficiente ni para reflejar los rayos del sol, los cuales son responsables por la apariencia del auto. El olor a nuevo del interior se reemplazó con el aroma típico de los autos que descansan bajo el sol por cantidades de horas todos los años.

       Así que ahora es el momento para cambiar al malo conocido por el bueno por conocer. Llega al concesionario de autos y observa a los últimos modelos luciendo como si fuera el día más importante de sus vidas. Le golpea los neumáticos sin saber con qué propósito y le aplica presión a la parte trasera del auto para probar los amortiguadores. Le da la vuelta y lo observa de mil y un ángulos diferentes. Abre las puertas y comprueba que el interior tiene ese olor a nuevo. La consola y los controles son bellos, justo lo que busca, y el espacio es suficiente para acomodar al nuevo miembro de la familia que se incorporó después de haber comprado ése que ahora quiere cambiar. Pero cuando llega la hora de mirar el precio de venta, el asombro por la apariencia del auto se convierte en la perpeplejidad de lo imposible. ¿Cómo puede ser que un auto de la misma clase o segmento cueste miles de dólares más cinco años después? Después de todo, los autos de ahora son básicamente los mismos de hace cinco años, ¿cierto? Falso.

       ¿Se justifica el precio?

       Como ejemplos típicos de esos cambios se encuentran modelos como el Supra de Toyota. Hace cinco años, el precio no se elevaba sobre los US$20.000. Ahora en 1994, el precio de venta no es inferior a los US$30.000: un 50% más caro. El Corolla de Toyota en 1994 tiene un precio de venta aproximado de US$13.000, comparado con los US$9.000 que se pagaban por el mismo auto hace cinco años

       Con la cantidad tan variada de automóviles disponibles en el mercado hoy en día, la decisión de compra de uno de ellos se convierte, por lo general, en un juego de adivinanzas. Con suerte, si no se es conocedor de los modelos disponibles, adquiera un modelo de precio moderado cuyo estilo vaya más o menos mano a mano con lo que deseaba en un principio. El gran dilema, sin embargo, se encuentra a la hora de observar el precio de venta. El precio promedio de los automóviles ha aumentado rápidamente en los últimos 10 años, al punto que aquel Toyota Corolla que hace una década costaba unos US$5.000, hoy día no se adquiere por menos de casi el doble.

       ¿Por qué han subido los precios de los autos de tal forma? En parte se culpa a los compradores, los que cada año exigen más y más de sus autos. En fin, quieren la mayor cantidad de auto por su dinero, y con toda razón. Los fabricantes de autos, observando esas exigencias, se ven obligados a satisfacer a sus compradores, o de otra forma pierden a ese cliente potencial. Esto, claramente, crea un círculo cerrado debido a que el resto de la industria, para no quedar atrás en los avances exigidos por el conductor, trata de mejorar sus vehículos para así hacerlos atractivos ante los ojos del individuo. Y así sucesivamente hasta llegar a 1994.

       ¿Se justifican los precios en la actualidad? A primera vista no se pueden percibir las mejoras y cambios efectuados en ellos. Para ofrecer un poco de información en lo que conlleva fabricar un automóvil en la actualidad, Ford Motor Company extendió una invitación para presenciar la inauguración de su nuevo centro de ingeniería avanzada, que entre otras cosas, hace posible, a través de tecnología especializada, la reducción del ruido y la vibración, la ausencia de los cuales hacen del dueño una persona satisfecha. Este centro, localizado en la ciudad de Dearborn del estado de Michigan en los Estados Unidos, asegura que el producto final que sale de la ensambladora en forma de auto sea lo más parecido posible a las preferencias de los grupos de compradores entrevistados (aquéllos que los estudios demográficos los identificaron como dueños potenciales de cierto modelo) con respecto al segmento donde dicho vehículo compite.

¿Se justifica el costo de un automóvil?       Este centro puede alterar, por ejemplo, el sonido del motor según las preferencias de las personas que ellos consideran serán los compradores del modelo en particular. Eso es solamente una delas cualidades de este centro. Recordemos que hace diez años atrás, nada de esta tecnología se aplicaba tan fuertemente como se aplica en la década de los 90. Los sistemas del acondicionador de aire son sometidos a varias pruebas para determinar, entre otras cosas, el flujo óptimo del aire, lo que a su vez mejora la eficiencia del sistema. Ese resultado se logra a través de la proyección de rayos láser dentro de la cabina del auto en un cuarto oscuro y repleto de equipo electrónico muy sofisticado, específicamente programado para un objetivo especial, en este caso para proporcionar la mayor comodidad posible al conductor en días calurosos y fríos.

       La vibración de las carrocerías, un punto que separa a los autos de mayor precio de los económicos, es otro factor que se ha mejorado en relación a los mismos modelos de hace diez años. Sin embargo, el propietario puede que no perciba este cambio, pero sí el aumento de precio que conllevó esta tecnología. Existen en este centro de la Ford sensores especiales que detectan el punto central del origen de la vibración y, a través de software especializado de análisis, encuentra una forma de diseñar la pieza bajo prueba de manera que reduzca su vibración bajo un número de condiciones que imitan a la realidad con las que el auto se encuentra cuando sale de la fábrica.
¿Se justifica el costo de un automóvil?
       Todo esto tiene su precio. Ford, por un lado, tiene que incurrir en inversiones de miles de millones de dólares para poder presentar al mercado automotriz autos dignos de la confianza del comprador potencial. Esos gastos, como es lógico se calculan dentro del precio final de venta del auto cuando se exhibe en el concesionario, lo que causa expresiones de asombro.

       Pero no sólo se han mejorado las fases obvias, como las mencionadas con anterioridad. También se trabaja arduamente en el diseño de las piezas que componen, por ejemplo, el sistema de suspensión. Según las especificaciones técnicas de los ingenieros, los diseñadores de las piezas mecánicas buscan la mejor combinación de aerodinámica y fortaleza, teniendo esto como resultado mayor economía en el consumo de combustible sin sacrificar la durabilidad estructural de los componentes mecánicos.
¿Se justifica el costo de un automóvil?
       La percepción errónea de la fortaleza estructural de las carrocería y los chasis sobre los cuales están instaladas es otro factor que contribuye a la realidad de los precios de los autos de hoy en día. ¿Cuántas veces se escucha a la gente comentar, al observar un accidente de tránsito que envuelve a dos autos relativamente nuevos, que los autos viejos, por así llamar a los modelos que no tenían puntos de absorción de impacto, resistían los impactos de mejor forma y por ende estaban mejor fabricados? Pues sucede que en esos autos viejos el impacto lo absorbían el conductor y los pasajeros del vehículo, mientras que en los nuevos modelos, donde el capó después de un accidente aparenta ser un acordeón, el impacto lo absorbió precisamente ese pedazo de metal destruido, quizás salvándole la vida a más de una persona envuelta en el accidente. Es cierto que a la hora de repararlo el precio será elevado, pero dudo que exista gente que prefiera pagar con la vida de una persona en un accidente. Esta tecnología de absorción de impacto fue implementada por primera vez por Mercedes Benz y en estos últimos diez años se ha proliferado hasta los modelos de menor precio en el mercado. La realidad del tamaño de un auto, siendo directamente proporcional a la cantidad de heridas sufridas por un pasajero, continúa siendo válida. Mientras más espacio exista entre el punto de impacto y el pasajero, más oportunidad tendrá este último en salir ileso de un accidente. Lo ayuda también las relativamente nuevas bolsas de aire, las cuales se activan electrónicamente al momento de impacto frontal, protegiendo el conductor y, en algunos casos, al pasajero delantero también. De nuevo, todas estas cualidades tienen su precio, pero el resultado final continúa igual: el beneficiado siempre será el propietario del auto y su familia. ¿Quién no prefiere pagar un poco más de dinero por características como las bolsas de aire? Después de todo, la vida no se mide según el dinero que se ahorra.

       Si, los precios de los automóviles han aumentado. De la misma manera, ha aumentado el costo de la vida en todos sus aspectos. En el caso de la industria automotriz, el aumento está más que justificado. La cantidad de equipo que le proporciona al conductor y sus pasajeros seguridad y mayor satisfacción de ser propietario de ese vehículo en particular (sea un Taurus de la Ford o un SE400 de la Lexus) es suficiente para entender la estructura de precios de esta industria. Los avances en el diseño ergonómico de los interiores de estos autos también toma dinero para estudios de la mejor manera de diseñar una consola, o la posición ideal de los botones de las luces. En la parte de la carrocería, los ciclos de los nuevos productos solamente duran tres años, cuatro a lo máximo, lo que implica desarrollo de nuevos estilos de carrocería, obligando a los fabricantes a invertir inmensas sumas de dinero en nuevos productos. Todo esto, por supuesto, deriva de las demandas del cliente. De manera que el argumento que indica que las compañías automotrices empujan el producto a los concesionarios es falso. Como caso típico se encuentran los fabricantes japoneses de autos. La razón primordial por la que ellos han tenido éxito reside en la habilidad de los orientales de determinar, a través de cuidadosos estudios de mercado, las preferencias de los compradores potenciales acerca de lo que para ellos representa el automóvil ideal. De esa forma, el producto no viene derivado de la capacidad de producción que cierta fábrica pueda tener para ensamblar un modelo aun precio ¿Se justifica el costo de un automóvil?determinado, sino más bien de la capacidad de ajuste que esa misma fábrica tenga para cambiar en conjunción con las preferencias y tendencias de mercado dictadas por el exigente consumidor aun precio dictado por el costo que esas preferencias demanda. El nuevo centro de la Ford es un paso hacia esa filosofía de construcción. El resultado ya se ve en los mejorados productos de este fabricante y también en el aumento de sus ventas a nivel mundial.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 47 - Abril 1994 - Número 4


Mecánica Popular-Copyright (c) 2010 Hearst Communications, Inc. All Rights Reserved.
Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus