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El futuro del pasado - Por Jay Leno - Febrero 2003
El futuro del pasado - Por Jay Leno - Febrero 2003
Se está descompuesto, deberías poder arreglarlo. Al menos así es como Leni piensa y vive.
Es gracioso ver a las personas mayores, por ejemplo, cuando están en un banco y tratan de usar la pantalla táctil de un cajero automático. La golpean con el dedo. No la presionan. La golpetean, como si pensaran que eso aumentará su eficiencia o por lo menos la velocidad de sus respuestas. Hace algunas semanas, mi padre me invitó a jugar pinball, algo que no habíamos hecho en mucho tiempo. Noté su frustración  mientras intentaba  manejar los controles. Desde que los controles en las nuevas máquinas de pinball se volvieron electrónicos, estos funcionan exactamente igual, sin importar la fuerza con la que los actives. Recuerda los juegos antiguos: si querías añadir un poco de impulso, bastaba con que los empujaras con un poquito de violencia.

Pero supongo que depende de los objetos con los cuales haya crecido. Está bien si naciste en la era del cómputo, te sientes cómodo en ella y el funcionamiento de las máquinas sofisticadas no representa ningún enigma para ti. O tal vez se deba a la diferencia que existe entre la generación del "arréglalo" y la generacion del "remplázalo". Sé que pertenezco a la primera. Me gustan los autos que tienen muchas piezas mecánicas que puedo abrir, reparar y cerrar, en lugar de los misteriosos estuches electrónicos de alta tecnología que vienen sellados y que sólo deben ser manipulados  por "profesionales".  Pero  es gracioso, porque incluso los autos de hoy parecen estar haber sido fabricados con módulos que no pueden repararse. Los autos viejos tenían piezas que podían repararse y, ya en un caso extremo, intercambiarse. Hoy día. si algo deja de funcionar en tu auto, lo más seguro es que se tenga que cambiar la pieza completa. Y no hablemos de la diferencia en precios que eso representa.

Por ejemplo. no hay nada que me resulte más molesto que rastrear daños eléctricos dentro de un motor. Tengo un pequeño auto inglés llamado Rocket. Algunas veces, se apagaba sin razón aparente. Después de que ocurrió en varias ocasiones, aprendí que este problema se debía a un relevador que se había quemado. Así que saqué una caja negra con tres clavijas, la llevé a la tienda de refacciones y pregunté si tenían algún repuesto. Me dieron una idéntica, la instalé y el Rocker dejó de apagarse. Sin embargo, no sentí que hubiera reparado nada. Descubrí el problema y eso me alegró. Pero sería más satisfactorio si hubiera podido abrir esa caja y soldar la conexión rota en lugar de comprar una pieza nueva que, en cierto modo, sigue siendo un misterio.
El futuro del pasado - Por Jay Leno - Febrero 2003
Leno, un integrante de la generación del "arréglanlo", está a favor de los equipos para reparación mecánica y de la costumbre de ensuciarte las manos al trabajar con tu auto.
En cuanto a tecnología automotriz, no creo que los autos se vuelvan más sosisticados de lo que ya son. Lo que sí sé es que en el futuro ocurrirá lo inesperado. La gente no imagina que el progreso se mueva de forma lineal -sólo lo imaginan moviéndose en partes. Es como cuando H.G. Wells predijo el futuro en sus libros: únicamente acertó en parte de él. Imaginó a las mujeres dentro de bares, fumando y bebiendo como si fueran hombres, pero vestían faldas largas y sombreritos coquetos. ¿No es gracioso?

En definitiva creo que los aficionados a los autos, en especial a los antiguos, podrán conducir sus tesoros durante los próximos años. Tengo un amigo en Inglaterra cuyo trabajo -cuyo único trabajo- es restaurar templos del siglo XIII. Va por todo el país y le enseña a las personas cómo cortar la madera tal cual se hacía en el pasado. Si eso ha permanecido durante 1,000 años, ¿por qué no se conserva el conocimiento sobre automóviles?

Lo que muchos aficionados a los autos no comprenden es que, en comparación con lo que había hace 35 o 40 años en la actualidad, hay más tecnología, equipo, refacciones y maquinaria disponible para los autos viejos. Recuerdo que en los años cincuenta y sesenta iba a las exposiciones y veía modelos Duesenberg equipados con un neumático de auto, otro de camión, uno con la pared blanca y otro con la pared negra. Y era un auto de exhibición porque ya no se fabricaban neumáticos para esos modelos. O circulaban con las llantas agrietadas porque eran las únicas disponibles. Nadie las fabricaba ya.

Hoy existen máquinas completamente automatizadas capaces de duplicar refacciones viejas. Puedes fabricar cualquier número de piezas sólo para ti, algo que en el pasado tendría que hacerse por miles para que representara ganancia alguna. Así que. en términos de piezas, me parece que siempre podrás
contar con las que necesites. Hoy día. Los autos viejos son vistos como obras de arte. En 1956, cuando tenía seis años, había un hombre que coleccionaba autos viejos pero en aquel entonces todos lo consideraban un loco.

Durante  mi  infancia.  llegamos  al punto en el cual el precio de un auto viejo era superior al de un auto nuevo. Mi padre solía decir: “Ves ese viejo Cadillac?  Podrías  conseguir uno  nuevo con lo que cuesta. ¿Para qué quieres uno viejo?" En otras palabras. seguía la idea de que sólo lo nuevo era bueno, por más que los coleccionistas empezaran a demostrar lo contrario.

En l963, un Duesenberg fue vendido por U.S. $14,000 en Long Island. Y cuando el Mercer Raceabour (que adquiriría  años  después)  costó  U.S. $58,000, fue la suma más alta que alguien hubiera pagado por un auto viejo hasta entonces. Cuando hablas con personas mayores y descubres que tienen un auto viejo, te lo venderán a precios exorbitantes.  Hasta  las  personas que  no  conocen  sobre  autos  saben
cuando algo cuesta muchísimo dinero.

Creo, sin embargo, que en el futuro los autos se restaurarán de forma distinta. La única diferencia será que el reciclaje no es lo mejor para los autos viejos. No habrá nada más que restaurar. Podrías sacar el chasis de un Duesenberg de un pantano (pesa l,892 kilos) y podrías lijarlo hasta que se te caigan los brazos, y aún así será lo bastante fuerte para que lo restaures. Pero la mayoría de los autos modernos están diseñados al límite de la fuerza de tensión del  metal. Los ingenieros saben cuántos kilos de presión debe soportar el vehículo y lo diseñan de esa forma. En los viejos tiempos, no sabían qué necesitaban, así que fabricaban las cosas con la mayor fuerza posible.

En el futuro, cuando intentes restaurar un tablero de, digamos, un Taurus l996 que se ha deteriorado por décadas en un tiradero, te resultará muy difícil. Al igual que algunos de los plásticos de la década de los cuarenta, los nuevos materiales no durarán por siempre. Pero también créeme que, dentro de 5O años, alguien podrá fabricar una caja negra para reparar tu  Corvette 1996 sin problema alguno.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 56 - Febrero 2003 - Número 2


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus