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Click para ver más grande Estás leyendo parte de la revista de Julio de 1963
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Retrato de Henry Ford, fundador de la Ford Motor Company y precursor en una industria que se ha convertido en símbolo y pilar de la economía de las naciones libres. Henry Ford es un personaje legendario que estableció nuevas normas de vida

En enero de este año, la Ford Motor Company produjo su vehículo número sesenta millones, para poner de manifiesto, una vez más, el constante crecimiento de la compañía bajo el gobierno de Henry Ford II, director del consejo de administración, que aparece aquí con John Dykstra (der.), presidente

 

El Modelo A original, aunque de aspecto algo tosco al compararse con los automóviles que lo sucedieron en los ocho años siguientes, se distinguía por su sencillez de construcción, poco peso, y eficacia de funcionamiento. Henry Ford negaba que el peso tuviera relación alguna con la resistencia

 
HENRY FORD
SU VIDA
Y
SU OBRA

PREGUNTELE a cualquier historiador qué sucedió en el mes de julio de 1863, y en el acto le contestará que las tropas de la Unión ganaron la batalla de Gettysburg y que el general Grant tomó a Vicksburg.
Sin embargo, es posible que el cronista pase por alto otro suceso, también de gran significación en el curso de la historia, y el cual tuvo lugar el 30 de julio de 1863, en una pequeña granja de la villa de Springwells, en el estado de Michigan, a pocos kilómetros de las afueras de Detroit. Allí nació el primero de los seis hijos de un campesino de descendencia irlandesa y escocesa, llamado William Ford, y de su esposa Mary , ya quien le pusieron el nombre de Henry.
El joven Ford tuvo un comienzo más bien desfavorable, pero antes de terminar su vida fue uno de los principales responsables en el cambio de faz de los Estados Unidos. de una sociedad agraria a urbana. y revolucionó las economías de los países civilizados del mundo. Su nombre era conocido universalmente -tan bien conocido. quizás. como los de la mayoría de los reyes y presidentes -, y sus observaciones aparecían siempre en los principales diarios del orbe.
Desde que nació. el joven Henry Ford fue un rebelde. y hasta el día en que murió muy pocas personas lo comprendieron. Su padre explotaba una granja muy lucrativa. Pero nada que William Ford dijera o hiciera. parecía inducir a su hijo mayor a ayudarlo en las labores usuales de la finca: al muchacho sólo le interesaban las máquinas y las ruedas.
Asistió a la escuela de Springwells y muchos eran sus compañeros de clase que abandonaban los libros para verlo construir ruedas hidráulicas y turbinas de vapor. Aprendió muy poco en la escuela, excepto los epigramas citados en las lecturas de McGuffey. Jamás aprendió a deletrear correctamente, a escribir con buena letra, a leer con soltura o expresarse bien por escrito.
Pero desde el principio, Henry Ford fue un maestro de la lógica en la mecánica. Con darle un solo vistazo a una máquina, se daba perfecta cuenta de la interdependencia de sus piezas. y podía establecer una línea de razonamiento a través de engranes, trinquetes, espuelas y palancas. Sus vecinos decían que era un joven "con ruedas en la cabeza", y su padre, al referirse a los hermanos menores de Henry, solía decir: "John y William no tienen problemas pero Henry me preocupa. No parece asentar cabeza, y no sé qué será de él".

He aquí la gigantesca fábrica de River Rouge construida en 1915 para cumplir el deseo de Henry Ford de disponer de una instalación donde el mineral de hierro pudiera transformarse en automóviles. La producción de coches Ford continúa hoy en esta fábrica


Detrás de la casa de Ford, en la avenida Bagley, estaba esta barraca, y fue aquí donde el joven Henry construyó su primer automóvil: el cuadriciclo. Al terminarse éste, el 4 de junio de 1896, fue necesario quitar algunos ladrillos de la pared alrededor de la puerta, para poder sacar el coche


Y lo que fue de él es una de las historias personales más fascinantes de todos los tiempos. Henry Ford abandonó la granja cuando contaba 16 años de edad y se colocó de aprendiz en un taller dedicado a la fabricación de motores de vapor. Arregló relojes durantes las noches, reparó equipo de vapor de Westinghouse, se convirtió en ingeniero jefe de la Edison Illuminating Company, y combinó todo esto para tratar de realizar un sueño casi imposible: la construcción de un automóvil sencillo, de bajo costo, que estuviera al alcance de toda familia que gozara de un sueldo decoroso.
En el último decenio de 1800, Henry Ford comenzó la fabricación de un diminuto vehículo, que habría de impulsarse mediante un motor de dos cilindros y cuatro tiempos. Durante este tiempo, trabajó noche tras noche, y las noches enteras de los sábados, apoyado sólo por su determinación y por el ánimo que le infundía Clara Bryant, su esposa, con quien contrajo matrimonio en el año 1888. Un lustro más tarde, el 6 de noviembre de 1893, nació Edsel, el único hijo de los esposos Ford; el mismo año que el primer motor de Henry comenzó a funcionar en un fregadero de la cocina en su casa de Detroit.
En 1896, Henry Ford recibió aliento de un hombre que más tarde habría de convertirse en su ídolo. Fue entonces que Thomas A. Edison, el "Mago de Menlo Park", le aconsejó al joven Henry que continuara con su trabajo, para la fabricación de un motor integral, de peso liviano, y que desarrollara muchos caballos de fuerza, ya que este tipo de máquina tenía un brillante porvenir.
En la primavera de 1896, terminó su primer automóvil en su casa de Detroit. Tres años más tarde, fue nombrado ingeniero jefe de la Detroit Automobile Company, una empresa que él había organizado. Este fue un título de corta duración, ya que la compañía se declaró en quiebra dieciocho meses más tarde; cuando algunos de los accionistas se negaron a invertir la suma de dinero que la realidad de la situación exigía.

El 24 de junio de 1924, Ford anunció la producción de su Modelo T número diez millones. Este anuncio, en el cual se ofrecía un automóvil completo por la suma de 295 dólares, causó verdadera sensación entre el público comprador

El motor Ford V8, presentado en 1932, fue un punto de giro en la historia de la compañía y un ejemplo del ingenio de Henry Ford, que aparece en esta foto con su hijo Edsel, al lado de la primera máquina de ese tipo. Al principio, los ingenieros insistían que era imposible vaciar este bloque de 8 cilindros en V

Posteriormente, construyó otros automóviles y comenzó a ganar carreras con ellos. Sus triunfos, despertaron gran atención y le proporcionaron respaldo financiero. En junio de 1903, el señor Ford reunió once patronizadores y, con 28,000 dólares en efectivo, fundaron lo que habría de convertirse en la Ford Motor Company. Un mes más tarde, la compañía vendió su primer automóvil, y en una hora muy oportuna pues los depósitos bancarios de la empresa, en ese momento, ascendían a sólo 223 dólares.
El 12 de enero de 1904, sobre la superficie helada del lago St. Clair, el señor Ford, al volante de su famoso coche de carreras 999, estableció el record mundial de velocidad de la milla, al recorrer esa distancia en 39 1/2 segundos; un triunfo que, por su importancia, contribuyó notablemente a dar a conocer su nombre.
Poco después la compañía, que a duras penas estaba encaminada, confrontó un problema gravísimo, al haber sido demandada por infracción de la patente Selden, por un sindicato muy poderoso.
Otras compañías más fuertes pagaban derechos, antes que arriesgarse a pleitear con el sindicato Selden. Pero Henry Ford estaba convencido de que la patente de George B. Selden, para todos los vehículos camineros equipados con motores de combustión interna, no tenía fuerza legal, por lo que se preparó a combatir. Durante los próximos ocho años, Ford, por sí solo, llevó a cabo un costoso litigio judicial. El resultado final fue una victoria que liberó a la industria del automovilismo de un obstáculo para su desarrollo.
Mientras tanto, el señor Ford no dejó de trabajar en el mejoramiento de sus automóviles, y sus ventas comenzaron a subir: Hasta este momento, el automóvil era un juguete del hombre rico. Pero Henry Ford pensaba que si fuera posible fabricar un auto sencillo y resistente, en cantidades suficientes, su precio estaría al alcance del término medio de las familias. El primero de octubre de 1908, dicho coche hizo su presentación con el nombre de Modelo T: el famoso vehículo que puso el mundo sobre ruedas. De inmediato, el nuevo auto tuvo una aceptación excepcional, y su extraordinaria demanda exigió una rápida expansión de los medios fabriles.
La producción comenzó dos años después, en 1910, en la nueva fábrica de Highland Park, en Michigan.

Henry Ford conduce su cuadriciclo, después que este coche fue reforzado con muchas piezas metálicas. Tenía un motor de dos cilindros y cuatro caballos de fuerza, ruedas neumáticas de bicicleta, y una distancia entre ejes de 114 centímetros. Llamaba tanto la atención en las calles de Detroit que el señor Ford tenía que encadenarlo a los postes de los faroles dondequiera que iba, para que no se lo llevaran

A pesar de lo sencillo que era el Modelo T, existía el problema de su fabricación en grandes cantidades. Para aumentar la producción, el señor Ford y sus socios comenzaron a dividir los trabajos, llevando las piezas hasta los obreros, y organizando los horarios de trabajo para que aquéllas llegaran al sitio indicado, en el momento indicado, durante el curso de la fabricación.
Finalmente, concibieron la línea de montaje móvil que, con mejoras ulteriores, hizo posible la producción en serie.
Al principio, el montaje de un Modelo T suponía 12 horas y 28 minutos de trabajo. Más tarde, este tiempo se redujo a cinco horas y 50 minutos, y después a 93 minutos. El señor Ford estableció un régimen de un coche por minuto, pero pasado cierto tiempo, los Modelos T salían de la línea de montaje a razón de uno cada 10 segundos del día de trabajo.
El 5 de enero de 1914, el señor Ford asombró al mundo, al anunciar que el jornal mínimo en la Ford Motor Company sería de 5 dólares diarios. Pensaba, con sobrada razón, que al poder él ahora fabricar autos baratos en grandes cantidades, podría vender más de ellos si sus empleados ganaban lo suficiente para comprarlos. El señor Ford decía que el pago de 5 dólares por ocho horas de trabajo diarias era "el mejor paso en la reducción de costos que él había dado en toda su vida. Puedo encontrar métodos de fabricación que harán que los altos jornales sean los jornales más bajos. Si usted rebaja los jornales, lo único que consigue es reducir el número de sus clientes".
A mediados de 1910, el señor Ford y su hijo Edsel adquirieron, a un costo de 100,000,000 de dólares, la propiedad exclusiva de la compañía. En esa fecha, Edsel sucedió a su padre como presidente, cuando cerca de cinco millones de Modelos T recorrían las carreteras de los Estados Unidos. y antes de que apareciera el nuevo Modelo A, en 1927, se fabricaron más de diez millones del tipo T.
Edsel Ford murió durante la Segunda Guerra mundial, el 26 de mayo de 1943. A raíz de la muerte de su hijo, el señor Ford regresó como director de la Compañía, que le había entregado a Edsel el primero de enero de 1919 y el 21 de septiembre de 1945, después de terminada la conflagración mundial, Henry Ford renunció por segunda vez a la presidencia de la Compañía, recomendando a su nieto Henry Ford II para ese puesto.
Henry Ford falleció en su residencia de Fair Lane, en Dearborn, Michigan, un lunes en la noche, el 7 de abril de 1947, a consecuencia de una hemorragia cerebral. Contaba al morir 83 años, y a su lado estaban su esposa y miembros de la servidumbre.
A la hora de su muerte, la creciente del río Rouge, que pasa por terrenos de su residencia, había cortado la energía de su planta eléctrica; y lo único que había en su casa eran antiguas lámparas de petróleo y velas: tal como cuando él nació, en el mismo condado, 83 años antes.
Su muerte había llegado en una era de progreso que él, quizás más que nadie, había simbolizado.

El éxito en la reducción del tiempo de fabricación en la línea de los magnetos hizo posible la introducción del montaje en masa en la fábrica de Highland Park. Este sistema tenía dos principios fundamentales: el trabajo debía llevarse al hombre, y no éste al trabajo; y el trabajo debía llevarse a la altura de la cintura del hombre. Pasaron siete años, antes de que el nuevo sistema funcionara a la perfección

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 33 - Julio de 1963 - Número 1


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus