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Filatelia - Raoul de Thuin  - Julio 1933 - por Ignacio A. Ortiz Bello
Los campesinos de muchos de nuestros países suelen decir que "yerba mala nunca muere" y ahora este viejo adagio parece cobrar importancia dentro de la filatelia, para referimos a tantos trucos y falsedades que están apareciendo, unos modernos y recién impresos, otros que han estado engavetados o escondidos por mucho tiempo.

       ¿Habrá resucitado el belga mexicano Raoul de Thuin?

       En la magnífica revista Crónica Filatélica, publicación española, han aparecido varios artículos alertando a los filatelistas de los errores y variedades que están siendo vendidos por comerciantes poco escrupulosos. En su artículo el Dr. Sanz García, químico, nos muestra varios sellos con ausencia de un color, cambios de color, fallos de impresión, fallos de dentado y otros errores intencionales o que pueden cometerse con cierta facilidad.

       A la edad de 83 años, y con una salud bastante quebrantada, Raoul De Thuin asoló al mundo de la compra y venta de sellos con sus exquisitas falsificaciones, que fueron compradas y vendidas por coleccionistas y comerciantes engañados hasta un total de ocho millones de dólares. A su habilidad como falsificador unió la de reproducir siempre sellos y nunca matasellos de correos, además de falsificar exclusivamente sellos o piezas históricas que ya no tenían validez para ser utilizadas en el correo ordinario. Los comerciantes y coleccionistas de sellos recuerdan que en su momento de máxima actividad, residiendo en México desde donde operó por 20 años, Raoul de Thuin solía viajar con un laboratorio ambulante distribuido en tres maletas de enormes dimensiones.

       Uno de sus fracasos más sonados ocurrió en el año 1962, cuando envió una valiosa colección de sellos mexicanos a una subasta que se iba a celebrar en Londres. La venta estaba organizada y ya se había mandado imprimir el catálogo correspondiente, cuando los organizadores de la subasta descubrieron que casi todos los sellos llevaban matasellos falsificados, o bien eran piezas fuera de serie. Ante esos hechos, tuvieron que suspender la subasta de una manera brusca y poco comercial.

       En 1966 Raoul De Thuin comunicó a muchos comerciantes filatélicos su retirada del mundo de las falsificaciones filatélicas, y la Sociedad Filatélica Americana le pagó más de 300,000 dólares por sus dibujos, sus planchas y demás equipo, además de un compromiso por escrito en el que De Thuin juraba retirarse de la falsificación de sellos definitivamente.

       Las primeras muestras de las falsificaciones que produjo tras su retomo ala actividad, créese que desde un pequeño pueblito en el Ecuador, resultaron verdaderas obras maestras, teniendo en cuenta que se trataba de un hombre que tenía 83 años de edad.

       Siempre que se habla o escribe sobre los grandes falsificadores, se suele mencionar el nombre de Jean de Sperati como la máxima figura en este arte malévolo, pero la lista que Sperati encabeza no es tan corta. Casi todos los países han tenido alguno que otro falsificador, y ahora parece que están surgiendo algunas de estas piezas que fácilmente engañan a los que, creyendo hacer la compra del año, ha resultado ser los grandes tontos del año.
Filatelia - Raoul de Thuin  - Julio 1933 - por Ignacio A. Ortiz Bello

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 46 - Julio 1993 - Número 7


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus