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Fabricando más papel con menos desperdicio
Por Rebecca J. Goetz
Clint Chapple, bioquímico de la Universidad Purdue, ha identificado los genes  de una planta que podría ayudar a la  industria maderera a producir papel  con menos desperdicio. También ayudarían al ganado a aprovechar mejor  los nutrientes de su alimento.

Los genes identificados por Chapple  afectan la producción de lignina, el  compuesto que vuelve firmes a los tallos y evita que se marchiten. También  es el compuesto separado y desechado  por las compañías durante la fabricación de periódicos, cartón, libros, pañuelos faciales y rayón.  La lignina hallada en la alfalfa y en el maíz  también dificulta que  el ganado digiera el alimento obtenido a partir de esas plantas.

Las plantas crean dos tipos de lignina: la syringyl y la guaiacyl. A mbas se parecen mucho, pero se diferencian en cómo se separan químicamente. La  syringyl es relativamente fácil de digerir y degradar. La guaiacyl es más difícil.

Los genes descubiertos por Chapple  provocan que las plantas generen solamente lignina srringyl. El bioquímico  está convencido de que pueden emplearse para transformar y cultivar árboles que resulten más fáciles de procesar, ayudando a obtener más pulpa  por árbol y reduciendo la necesidad de  emplear algunos productos químicos  dañinos. También cree que los genes  pueden lograr que la alfalfa, el maíz y el pasto sean más digestivos.

Los hallazgos de Chapple se deben  a los extraordinarios químicos que crean las plantas para protegerse, pero  que también son útiles para las personas. Las piretrinas, por ejemplo, son  compuestos que las plantas generan  para deshacerse de las plagas -y que  la gente extrae de ellas con el mismo  fin. Las amapolas generan morfina para evitar que los animales se las coman, pero los seres humanos emplean sus derivados como analgésicos.

Chapple decidió trabajar con Arabidopsis, un pequeño miembro de la familia de la mostaza que crece, florece y  muere en tan sólo dos meses. Tiene el menor número de genes de todas las  plantas con flores. Chapple descubri6ó que Arabidopsis fabrica un químico  que la protege de la luz ultravioleta. Sin  él, la radiación mataría a la planta.

En l990, Chapple comenzó a trabajar para crear plantas Arabidopsis  que carecieran del compuesto que absorbe la luz ultravioleta, meta que consiguió en 199l. Entonces, añadió un  gen indicador que señalara la localización del defecto genético. Al regresar al  ADN de las Arabidopsis normales, descubrió la ubicación del gen correspondiente y, empleando técnicas de biotecnología, obtuvo una copia inmutada. Después dedujo dónde se había desviado la ruta bioquímica que guía a la  producción del compuesto, y descubrió la enzima F5H.

Mientras estudiaba la cadena de enzimas, hizo otro importante descubrimiento: la F5H es clave para determinar cuáles plantas generan la lignina  syringyl y cuáles la guaiacyl. Cuando los  sistemas de la Arabidopsis trabajan  normalmente, la mayor parte de la lignina generada es syringyl. Cuando falta  o es poca, como en las plantas mutantes, generan guaiacyl.

Después de un par  de intentos, Chapple obtuvo una planta que solamente generaba lignina syringyl. También  descubrió que los genes  responsables de la transformación trabajaban  de manera semejante  en las plantas de tabaco,  lo que lo motivó a creer  de que funcionarán en  árboles, alfalfa, maíz  pasto y otras plantas. 

Chapple confía en que “personas interesantes” realicen “preguntas interesantes” que permitan aclarar problemas que no se han considerado en relación con esta alternativa para la producción de papel. Después de todo, algunas veces los científicos encuentran las respuestas antes de definir un problema. “Cuando inventaron el rayo láser en la década de los cincuenta, nadie imaginó que podría salvarle la vista a la abuela cuatro décadas después; sin embargo, así es”, concluyó Chapple. “Así es la ciencia. No siempre podemos predecir de dónde provendrá el siguiente avance científico.”
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Fabricando más papel con menos desperdicio - Febrero 1998

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 51 - Febrero 1998 - Número 2


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus