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Vigía Espacial - Por el Dr. Dan Q. Posin - CATEDRATICO DE FISICA DE LA UNIVERSIDAD DE DEPAUL, Y CONSULTOR Y ASESOR CIENTIFICO DE LA COLUMBIA BROADCASTING SYSTEM - Diciembre 1959
QUE SERA ESA COSA con paletas que se ve girando allá arriba? me preguntó un amigo el otro día. "Este original satélite está dotado de cuatro paletas, ¿pero dónde está el agua, o el aire, en que se han de usar?"

No se va a paletear nada. El satélite sólo tiene la apariencia de una rueda de paletas. Estas últimas se encuentran acopladas a un cuerpo más o menos esférico, un poco alargado. Dicho cuerpo mide 66 centímetros a lo ancho del vientre, y su altura es de 74 centímetros aproximadamente. El conjunto pesa menos de 65 kilogramos.

Las paletas están atiborradas de baterías solares para recargar las baterías químicas ordinarias del satélite. Cada paleta tiene 2000 baterías solares; 1000 en cada lado. Por lo tanto, un total de 8000 dispositivos captadores de luz solar suministran la potencia rejuvenecedora para el satélite de paletas que ahora gira en el espacio.

Esta no es la primera vez que se instalan baterías solares en un satélite. Sin embargo, este tipo de instalación en el satélite de paletas puede considerarse como algo realmente extraordinario.

Las baterías solares emplean el principio básico de que la luz solar puede ser convertida en electricidad. El mecanismo de conversión es algo similar a esto: De la arena nosotros extraemos silicio puro; a este silicio, cuando está derretido, se le añade una dosis mínima de una impureza especial: arsénico, por ejemplo. Entonces, después de enfriarse, tenemos un cristal que muy bien pudiera llamarse "silicio envenenado". Del cristal rebanamos una oblea, y acto seguido ésta se reviste con una capa delgada de boro. Si la luz solar cae sobre el cristal, se desprende una gran cantidad de electrones de los átomos de silicio. Este flujo de electrones es la electricidad. La batería solar puede durar cientos de años, por lo que es un instrumento que extrae gratuitamente la radiación del espacio, para que el ser humano la emplee provechosamente.

El lanzamiento del satélite de rueda de paletas se realizó mediante un cohete Thor-Able de tres secciones, con una velocidad de despegue horizontal de unos 35.400 kilómetros por hora. Debido a que una velocidad hasta de 29.000 kilómetros por hora hubiera sido suficiente para poner el satélite en órbita, el exceso de 6.400 kilómetros por hora dió como resultado una trayectoria sumamente alargada. Un lanzamiento a una velocidad mayor aún, pudiera hacer que el satélite describiera una órbita elíptica tan elongada que abarcara a la Luna en su recorrido. Y un lanzamiento a una velocidad mayor aún, produciría una curva abierta; es decir, que el satélite se escaparía de la Tierra para siempre.

El satélite de rueda de paletas se separa de la Tierra unos 40.200 kilómetros en el punto más lejano de su trayectoria, y se aproxima a unos 240 kilómetros en su punto más cercano. Este satélite transmite los descubrimientos de unos 15 experimentos importantes. Se están haciendo investigaciones de las zonas de radiación alrededor de la Tierra, del campo magnético de nuestro planeta, de la condición eléctrica de la Tierra, de las condiciones meteorológicas a grandes alturas, de la comunicación a través del espacio, de la naturaleza e intensidad de los rayos cósmicos y, finalmente, de la cantidad de polvo y partículas espaciales.

Mientras tanto, por supuesto, se han efectuado otros lanzamientos en los cuales se ha alcanzado un éxito rotundo. Varias cápsulas similares a la "casa" del primer astronauta han sido disparadas al espacio, y aunque se ha hecho todo lo posible por recuperarlas, hasta el momento de escribir estas líneas sólo se ha rescatado una de ellas. Pero lo que no cabe duda es que los cielos están abiertos. y allí es precisamente adonde vamos.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 25 - Diciembre 1959 - Número 6



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus